lunes, 25 de octubre de 2010

viernes, 1 de octubre de 2010

La misma noche del evento

La noche del evente

Evento literario

Hombre Virgen.




Ella, morena, alta elegante, ojos verde mar, cuerpo voluptuoso, lo ve y con pasos sensuales se le aproxima lentamente, extiende su mano dejando enredar entre sus dedos el cabello dorado de ese joven inexperto sexualmente, si bien ella no lo sabe, se lo imagina,
Él muestra una sonrisa nerviosa, mientras en sus ojos, brilla el comienzo de una mirada lujuriosa.

Ella levanta una pierna para friccionarla sobre él, que atónito pero lleno de deseos, comienza a acariciarla, sus manos aunque temblorosas, recorren los contornos de esas piernas esculturales.

Ella continúa comportándose como lo que es, “una profesional” sin imaginar lo que más tarde sucedería, que la sorprendería sobre manera.

Javier no podía quitar sus ojos de esa mirada verde mar, ella le ofrece sus grandes y abultados pechos, mientras desabrochaba los botones de su camisa azul, desciende hasta quitar el cinto que sujeta su pantalón negros, esto lo excitaba notablemente, él se decía a sí mismo ¡¡¡tanta mujer para mi solo!!...

Ana solo lleva puesto un conjunto de ropa interior color rojo pasión, sus palabras son sensuales, con el propósito de encender la sangre de ese hombre niño, enloquecerlo de placer, llevarlo a una erección poderosa.
A ella le excita escuchar, al hombre gemir, ése es su objetivo ¡¡ hoy no será diferente!!... se dijo a sí misma.
Javier la sujeta de la cintura, ella se pierde entre sus fuertes brazos, mientras impide que ella quite su slip.

Ana comprende esa negación, pero continuó con su “trabajo” digamos… besa sus tetillas, lamiendo y dándole pequeños mordiscos, mientras sus manos traviesas, juegan en el ombligo de Javier, luego susurra en sus oídos, palabras que lo excitan aun más.

Cada vez que ella desciende sus manos, para ir al encuentro del misterioso miembro, él la detiene, ella comprende qué, lo que lo avergüenza, (si es que así se puede decir)… llevándolo a esconderlo, es el tamaño de su pene.

Ana finge no sorprenderse, (aunque había visto y conocido ya varios en su vida profesional), allí comprende el motivo por el cual Javier todavía era virgen.
Él se inquieta al ver que ella no se muestra sorprendida, y tomándola fuertemente por los hombros le dice;

¡¡Eres bella, muy hermosa, pero detente por favor!!...
Ana se acerca a su boca, lo besa mientras susurra,
¡¡No seas egoísta!!... ¡¡déjame saborearte!!... ¡¡quiero todo eso para mí!!...
Esto, lo inhibe más todavía.

¡¡Cariño!!...dijo Ana, mientras se dirige directamente a tomar entre sus manos tremendo miembro, que a él lo inhibía, mientras que a ella la llevaba a soñar.

Javier, que siente su sangre bullir en las venas, la toma por el cuello, mientras susurraba, dejaba escapar de su boca; ¡¡mujer, me vuelves loco!!... una vez que te posea, no intentes huir, sé de lo que hablo, te sujetaré entre mis brazos, no podré resistir, quedarme sin disfrutar, el tenerte y navegar por tu interior, cual velero sin timón, ésta vez será diferente.

Ana, mujer desinhibida, de gran experiencia, acariciando su boca y besándolo apasionadamente, lo lleva hacia la cama, cayendo los dos, muslo sobre muslo, piel con piel, ella lamia ese cuerpo varonil, aunque virgen, ella lo llevaría a conocer el placer como nunca él lo imaginó, sus manos suaves, delicadas, pero ardientes, toman el exuberante miembro llevándolo a su boca, juega con su lengua sobre él, sin dejar de mirar los ojos de Javier, miradas sugerentes, cómplices, subyugantes, apasionadas, entregando tranquilidad que ésta vez, ella lo llevaría a la gloria, haciéndolo gozar un orgasmo interminable, hasta dejarlo exhausto.

Él, sigue el ritmo de esa seducción, a la que ella lo lleva, no caben los, te quiero, ni te amo, solo se escuchan suspiros, jadeos, y expresiones de placer y lujuria desenfrenada.

Guiado por los impulsos de semejante excitación, Javier da un giro en la cama, ella lo abraza con sus piernas sobre el cuello invitándolo a que le penetrara, en un dulce vaivén, lentamente él comienza a explorar esa caverna excitante y atractiva, ella soportando en principio la penetración que la lleva a volar, luego sus gemidos llenan de gozo a ese hombre que por temor, nunca se había atrevido a poseer una mujer.

Ana pide más… él no se detiene, transpiran, sus cabellos humedecidos se pegan en su espalda, ella muerde su boca mientras le pide, no detenerse, ¡¡así, así cariño!!... ¡¡eres genial!!... ¡¡no te quites de sobre mí!!...
¡¡Que ardiente eres hombre!!... ¡¡continúa galopando sobre mí!!…. ¡¡Así es como me gusta!!...
Sus lenguas se saborean, se están quemando de pasión y goce, él ya no soporta más en retener un orgasmo que quema sus entrañas, Ana lo llevó al punto de, no poder detener un grito, que unido al de ella, explota en un río de lava ardiente, sus músculos contraídos, por unos momentos, no le permiten, el menor movimiento, luego se relajan casi dormitando, el perfume de Ana se impregnó en la piel de Javier, será difícil para los dos, olvidarse de esta noche de placer y goce.

Estrella Fugaz.

Tu pasión y mi delirio.




La tersura de tus manos
Se desliza por mi cuerpo
Como suave terciopelo
Dejando en mi piel inmerso
El perfume de tu amor.

Tus suaves labios
Depositan en mi boca
Besos con furia loca
Y mi alma se sofoca
Por el incendio que provoca
El fuego de tú amor.
Sáciame lentamente
Con abrazos que me envuelvan
En el ardor de tu amor
Que yo con loca pasión
En un renaciente orgasmo,
Haré que reposemos
En el éxtasis tan ansiado.

No nos apresuremos
Que la noche es extensa
Deseo que nos amemos
Hasta que el sol aparezca
Luego al ver la mañana
A plena luz del día
Entre sábanas y cortinas
Parados junto a la cama
Despediremos la noche
Amándonos hasta delirar.
Ya no quiero reaccionar
Que continúe este sueño
El me mantiene con vida
Te irás en el nuevo día
Y con él, mi vida te llevarás.

Estrellafugaz.